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viernes, 27 de agosto de 2010

MI ALMA TIENE SED DEL DIOS VIVO

David en este salmo interpreta el verdadero deseo de las almas por el Dios vivo.

David parece encontrarse en gran necesidad, perseguido hasta la muerte.


Su alma esta muy abatida por estar expulsado del culto publico en la casa de su Dios.

David sintió el mayor dolor por tener que perder la comunión con el Señor y Su pueblo. Como un expulsado andaba vagando el siervo ungido de Dios en el agreste norte donde el Jordan nace y se eleva el monte Hermón, donde un abismo llama a otro abismo con el estrepito de las cascadas de Dios.

Se siente como inundado por las olas y ondas bajo los duros golpes de sus enemigos. ¿Dónde esta tu Dios? Como un ciervo batido por sus acechadores que, en extremo agotado y mustio caera presa del enemigo, eleva el lamento de su alma: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mia”.

Que privilegiados son los jóvenes, que pueden ir a diario a encontrarse con la Palabra del Señor. En algun momento no podras mas. Hay también quin no quiera mas. ¿Pero como te sientes tu en el encuentro con la Palabra, ya sea en tu habitación o en un local de culto? ¿Conoces algo de lo que experimentó David, por lo que exclamó: “Cuando vendré, y me presentaré delante de Dios?”

El hijo pródigo en el país lejano le vino a la mente la casa de su padre, cuando comenzó a padecer escasez. Así, pues, ha tener un milagro de Dios en nuestra vida; de otro modo preferiríamos morir de penuria antes que pedirselo a Dios. Esto es mas necesario que el pan –precisamente en nuestra joven vida- para experimentar nuestra miseria del alma fuera de Dios, reconocer con el corazón y lamentar amargamente, y aceptar una satisfacción por el castigo de nuestra iniquidad.

Solo el que es nacido de Dios, tiene sed de Dios. El espíritu Santo obra ese anhelo tan íntimo hacía Dios. Pero la separación es tan profunda por mi parte, con mis pecados he ofendido tanto al Altisimo y le provoqué una ira justa. Y sin embargo, esa fuerte convulsion por ese Dios, que grita desde mi corazón sediento: “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo”.

Las almas vivas jamas encontraran reposo alguno, si no es en el Dios vivo. Y el cumplimiento se da en el camino de morir a uno mismo. Milagro de la gracia cuando el Señor provoca esa sed en las almas, por primera vez, pero también de nuevo. Y siempre desde el arido desierto de nuestra existencia pecadora.

Por naturaleza no hay una verdadera sed de Dios, pero si, de las sucias aguas del pecado, de las turbias corrientes de la Iniquidad.

entonces nos falta ese verdadero anhelo del alma, que es una autentica necesidad vital, llenándolo todo del amor y la gracia de Dios, el preciado favor del Señor y esa bienaventurada relación. En este Dios Santo esta la Fuente de toda verdadera felicidad, alegría y paz para ahora y eternamente.

Y el camino hasta esa Fuente de la bienaventuranza ha sido abierto por el amado y bendito Señor Jesus. El bajó al desierto de muerte, bajo el fuego de la ira de Dios en la maldición de la cruz cuando sonó el profundo lamento del alma en sus labios: “Tengo sed”. Y eso para dar de beber a sus elegidos. Dé el Señor a muchos jóvenes corazones ese jadeante anhelo del alma por el agua pura de la gracia del rio transparente como el cristal, que todavia fluye del trono de Dios y del Cordero para reconciliación de tu culpa, y paz para tu corazón. A todos los sedientos, venid a las aguas. “Yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida” (Apocalipsis 21:6).

Esos sacarán, luego, con gozo aguas de las fuentes de la salvación.

Articulo escrito por D. Hakkenberg tomado de la Revista En la Calle Recta Año 52 numero 223 de los meses Julio-Agosto del 2010. Usado con permiso.

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